lunes, octubre 01, 2007

Día 51, lunes

Ayer me levanté con una resaca del tamaño de Norman Mailer. Recién hoy por la noche rebusqué entre mis cosas los residuos de la semana anterior, en particular del sábado por la noche, y descubrí que era cierto -¡oh, margot!- había fumado más. Entonces me sentí un idiota por no recordarlo y me cuestioné el sentido de hacer cosas de las cuales luego no tengo el registro. Y me imaginé a mí mismo con mi polo en un parque solitario en La Molina, prendiendo lo poco que me queda por fumar, mientras por mi cerebro quién sabe qué cosas pensara (aunque lo más probable es que no pensara en nada) y luego tuve ráfagas de recuerdos en los cuales camino con frío por una calle donde el viento corre con más fuerza de lo normal. Supongo que en algún momento traté de regresarme a mi casa pero no pude. Desde hace un tiempo he decidido fijarme una fecha para dejar de tomar y de fumar, pero aún no la decido. Tal vez en un mes o dos, cuando termine por fin de estudiar, haga yoga y relea "Los vagabundos del Dharma". Dicen que recordar es volver a fumar, digo, leer.